La búsqueda de Amaya Jarquín inició cuando sus compañeros de brigada reportaron que no pudo salir de la zona donde las llamas avanzaron rápidamente por lo que las autoridades municipales, brigadas y ejercito regresaron a buscarlo hasta encontrarlo sin vida, se presume que el infortunado pereció al quedar encerrado entre las llamas que hasta el momento han consumido grandes cantidades de pino en regeneración y maleza.
En las labores de extinción del fuego suscitado por causas desconocidas participan además de trabajadores de la alcaldía de Dipilto, miembros del Ejército de Nicaragua, Bomberos y pobladores de la zona.
El cuerpo de Carmelo Amaya, fue trasladado al centro de salud, en tanto es entregado a sus familiares, quienes habitan en el barrio San Agustín de Dipilto, donde será velado y posteriormente, le darán el último adiós.